La leyenda de ese faro comienza, como todas las leyendas,alguien que fantaseando, pone a Breogán -leyenda celta- construyendo esa torre, e invadiendo Irlanda Otros ponen a Hércules -el héroe- haciendo la torre para conmemorar su victoria sobre Gerión, es ahí cuando aparece el nombre de una mujer, Crunna, A Cruña, la cual da nombre, siguiendo con la misma leyenda, a la ciudad.
Cuando ya tenemos escritura, ella da fe, hoy decimos “papelitos cantan”, comienza la Historia. En este caso lo que cantó fue una inscripción en una piedra, que se descubrió en el siglo XIX, en la cual aparece un constructor lusitano, y a él, con una promesa de por medio, se le atribuye con más argumentos para acertar, la edificación de la primitiva torre.
Lo que si da una verdadera argumentación a su fundación, es que cuando los romanos, en sus ánimos de expansión fundan Brigantium, se vieron obligados a señalizar el difícil acceso por mar, la costa de Fines Térrea, siendo entre el siglo I y II, cuando el arquitecto portugués construyó el faro, haciéndolo de planta circular, alimentado por leña.
Pasaron siglos, y ya cuando los ingleses empezaron a dar títulos de “nobleza” a sus corsarios, sir Francis Drake, el pirata, la tomó con La Coruña y su faro, dejando este último en un estado de tal precariedad, que el rey Carlos III, ordena su restauración y se la encarga a Eustaquio Giannini, siendo su remate a finales del siglo XVIII, con la forma que tiene actualmente. Ya en el siglo XX y presente, se le adaptan los medios modernos que dispone en la actualidad.
http://graficos.lainformacion.com/2009/06/visita-a-la-torre-de-hercules/
Con todo esto es evidente y notorio que la UNESCO, otorgó como Patrimonio de la Humanidad, más que al “faro romano más antiguo del mundo en activo”, al lugar en donde estaba ubicado, ya que la luz del romano se extinguió y desapareció hace siglos. Algo así como si se le hubiera dado el premió a la Biblioteca de Alejandría, ciudad desaparecida del antiguo Egipto, que junto con la torre construida en la isla de Pharo, frente a esa ciudad, fueron de gran renombre en la antigüedad. Lástima que de esa maravilla antigua no queda ni el solar, y para ir a lo que fueron sus aledaños hay que practicar el buceo.
A todo esto hay que reconocer que se lo curraron. Mis felicitaciones por tal distinción, A Coruña, la ciudad en la cual hasta los visitantes son coruñeses; como siempre lo habéis hecho muy bien. Claro que el ser tan buena anfitriona trae algunas veces viejos recuerdos, que no son tan gratos a la memoria histórica.
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